El pasado viernes tuvo lugar
un emotivo acto en la casa consistorial del pueblo de Nules, Castellón. Soledad
Giner Gordillo era recibida por el municipio como nueva Hija Adoptiva, una
adopción institucional que era desde hacía tiempo una realidad de facto.
Si a alguien se le
escapa, Sol Giner es hija de Enrique Giner Canet, el mejor escultor que ha dado
esta mediana población de la Plana en toda su historia y uno de los mejores
medallistas españoles del siglo XX. Sol, su hija, es la gran custodia del legado
que dejó aquí su padre, un legado que se materializó en un espacio museístico
hace ya 21 años –el Museo de Medallística Enrique Giner- y que hoy es uno de
los baluartes culturales de Castellón.
Tan destacada noticia
ha venido a coincidir con un aniversario, y es que en estos dos últimos meses
se cumplieron los 10 años de una exposición que marcó también un antes y un
después en la proyección del museo nulense –único dedicado en exclusividad al
arte de la medalla- hacia el exterior de la provincia.
Entre octubre y
noviembre de 2006 se celebró en el Museo de la Casa de la Moneda de Madrid la
muestra “2/3 dimensiones. Pintura y escultura”, un desembarco sin precedentes de los fondos del Museo de Medallística en las salas
temporales de una institución tan importante como lo es la madre de la
numismática nacional, y donde la obra de Giner Canet tuvo el papel protagonista.
Diez años después
seguramente aún no se ha calibrado la relevancia de aquel hecho, pero sin
lugar a dudas fue una cita que cambió también las relaciones entre la Casa de la
Moneda y Nules, así como dio el mejor respiro a una colección que, por espacio,
aún está hoy medio oculta en los fondos del museo nulense.
Valga pues esta reseña como merecido homenaje a Sol y Enrique Giner.
No hay comentarios:
Publicar un comentario